lunes, 31 de octubre de 2011

BEHOLD! La era de la genética ha llegado

Y de eso no cabe duda, señoras y señores. Todo comenzó hace ya más de 200 años con la formulación de las teorías de la herencia por Mendel, ese monje que por lo visto no tenía más que hacer que fecundar plantas de chícharos con un pincel, experimento bastante burdo pero, ¿Qué sería de nosotros ahora si la madre Ocio no se hubiese presentado ante él?; en fin, desde Mendel pasamos por el descubrimiento de la estructura helicoidal del ADN por Watson y Crick así como diversos experimentos y descubrimientos que, si bien fueron importantes, sucedieron en tiempos relativamente alejados. Fue así cómo poco a poco la historia de la genética fue desarrollándose hasta que en 1990 inició el Proyecto del Genoma Humano por Craig Venter, el cual consistió en el profundo análisis de los genes de la raza humana, codón por codón minuciosamente para intentar descubrir los misterios que envuelve nuestro código genético. ¡BOOM! El PGH fue una bomba de conocimiento; actuó como un catalizador para el desarrollo de las ciencias biológicas relacionadas con la genética (o ciencias genómicas), mismas que han crecido como bacterias en agar. Es por eso que hoy en día, 21 años después, el PGH (que fue finalmente publicado en el 2003) actúa como base para estas ciencias, extendiendo su alcance de investigación no únicamente hacia la raza humana, sino hasta diversos organismos como moscas y ratones.

Y pues ¿Qué se puede hacer conociendo toda la información genética de un organismo? La gente se preguntaba al principio; hoy en día sabemos que esta información es de suma importancia para las investigaciones biomédicas y biológicas, pues a partir de ellas se podrían descubrir las razones de la evolución, pequeños rastros en los codones que nos permitan diferenciar entre especies, donde termina lo que es común entre ellas y comienza lo propio de cada una, así como la farmacogenómica, la cual es la aplicación de la genética en la producción de medicamentos específicos para una persona, pues es bien sabido que los efectos secundarios de los tratamientos médicos pueden llegar a ser mortales o causar daños irreversibles. A través de esta tecnología también se pueden detectar las causas de enfermedades mendelianas (¿Ya ven? Mendel de nuevo), y hasta su tratamiento y prevención. He aquí el objetivo de los investigadores científicos en la rama de la genética de hoy en día: centralizar sus conocimientos para encontrar la utilidad de esta información exageradamente abundante y enigmática.

Otros objetivos que se pretenden alcanzar en la biología son los siguientes: identificar genes específicos relacionados con la salud o enfermedades específicas, desarrollar métodos de diagnóstico genético y utilizar la información del genoma para desarrollar nuevos métodos en terapia génica.
El problema con la genómica reside en la aceptación de la sociedad, pues siempre han estado renuentes a los avances científicos radicales, argumentando sobre la “antinaturalidad” de los procesos. Para evitar esto se debe crear una conciencia en la sociedad, romper con los tabúes hacia lo desconocido, cultivar y enriquecer las mentes de la sociedad con los futuros usos de esta ciencia, como que ablandarles el terreno para que no se nos asusten; si a final de cuentas el descubrimiento del genoma y las investigaciones han promovido el mejoramiento de la biotecnología y sus mil y un aplicaciones.

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